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¿Recuerdan,
(forma retórica anticuada)
según nos sesgan
cuando angélicos
el + original de
los jolgorios?
¿El más aquél de
insistencia y desazones?
Buena memoria
tan a mano:
Olvidar el
susurro / el descaro de los juncos
el cortejo
desatento de la loica:
Ocultos tras el
piano a la intemperie en la azul salita,
o en el ropero
prometido en la lontananza del tiempo
¿La piedra que
ilusiona, tienen presente.
Los hay que
perpetúan la nostalgia
conservan
ilusiones / permiten la vida
y los que
abruman y empañan la memoria.
No el de
primitos bien dotados.
No el de
primitas de carencias.
La suma del
contraste y la sapiencia echan hora en cara.
La luz – el
bello –
La soberbia
inteligencia que desata:
El espejo de los
dioses.
¿Quién niega
postrarse ante el retoño?
Oh, La luz y
bello, ¿por qué elegiste la miseria?
¿Conmemoran / o
a la vista ya no se agita ese otro
peldaño en la
lejanía de la pena?
Recuerdas, Edith?:
El prado
enmarcado.
Los secretos
cerros de cortina.
Tu bañador negro
a media instancia.
Tus labios
invitantes al misterio.
Por qué elegimos
la derrota?
Por qué nuestra
caída en los albores?
Por qué
desprevenido elegían el averno?
Por qué calugas,
por qué polvos y rencillas?
Tú tan bella y
luminosa.
Cómo las
lágrimas corrían o tercas
y todo funciona
las mil de maravillas,
así explicable y
explicado.
Edith, ya
sabemos que has no sólo olvidado
por el camino de
los juncos.
No sabemos que
te importe ya de nada.
Lo cierto fue el
orgullo y la miseria.
Rechazar lo más
ansiado por destiempo.
El error estuvo
en la pregunta:
¿Es nunca que
hubo algún comienzo?
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