domingo, 1 de mayo de 2011

(25) PROFUNDIDADES





25





¿Recuerdan, (forma retórica anticuada)
según nos sesgan cuando angélicos
el + original de los jolgorios?
¿El más aquél de insistencia y desazones?

Buena memoria tan a mano:
Olvidar el susurro / el descaro de los juncos
el cortejo desatento de la loica:
Ocultos tras el piano a la intemperie en la azul salita,

o en el ropero prometido en la lontananza del tiempo
¿La piedra que ilusiona, tienen presente.

Los hay que perpetúan la nostalgia
conservan ilusiones / permiten la vida

y los que abruman y empañan la memoria.

No el de primitos bien dotados.
No el de primitas de carencias.
La suma del contraste y la sapiencia echan hora en cara.

La luz – el bello –
La soberbia inteligencia que desata:
El espejo de los dioses.
¿Quién niega postrarse ante el retoño?
Oh, La luz y bello, ¿por qué elegiste la miseria?
¿Conmemoran / o a la vista ya no se agita ese otro
peldaño en la lejanía de la pena?

Recuerdas, Edith?:
El prado enmarcado.
Los secretos cerros de cortina.
Tu bañador negro a media instancia.
Tus labios invitantes al misterio.

Por qué elegimos la derrota?
Por qué nuestra caída en los albores?
Por qué desprevenido elegían el averno?
Por qué calugas, por qué polvos y rencillas?
Tú tan bella y luminosa.

Cómo las lágrimas corrían o tercas
y todo funciona las mil de maravillas,
así explicable y explicado.

Edith, ya sabemos que has no sólo olvidado
por el camino de los juncos.

No sabemos que te importe ya de nada.
Lo cierto fue el orgullo y la miseria.
Rechazar lo más ansiado por destiempo.
El error estuvo en la pregunta:

¿Es nunca que hubo algún comienzo?




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