sábado, 30 de abril de 2011

(28) ASAZ IRRELEVANTE

  




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¿Acaso el gustito original produjo consecuencias?
¿Acaso el método del ritmo mal llevado?
La costumbre de encurtidos?

Como maravillas extraviadas en la guerra
palomas atrevidas hay que aún conservan
el dejo por la carne: un regusto de soberbia
como gato cazador de maravillas.

Hacerlo contumaz sin preservativo. Sin sal.
Sin parrillas.
Una húmeda francesa. La sonrisa permanece
en noches temerosas, saludos luminosos,
en amaneceres oscurecidos: humilladas rocas:
la débil sesera y su terneza,
un cuervo hartado de alfalfa, sólo alfalfa,
medita no postrar su aura dura: califa
ante la esparramante mansedumbre contenida,
de cuervas rodeado:
el regusto por el pasto y la achicoria.

¿Por qué la luz habría de abatirse?
¿Por qué tinieblas debieran humillar la espada?
¿Por qué rosas, pantorrillas y no choritos?

Eliminar el regocijo y el apremio
humillar y salvar al orgullo no nacido
estiércol en la pesebrera
pretender atardeceres en noches claras
sostener amaneceres en tardes duras
conseguir derrotas en desganadas victorias
de patatas sobre trigos.

Siguiendo ese camino encontrarás el paraíso.
Evitarás la original graciosa en jugarretas.
Las abejitas y sus coles.
El vuelo de la garza.
Destruidas la primales consecuencias.

¡Qué pena!
Y un gran nudo nos cierra la garganta
de la ciencia.
A la salida de misiones.

Cómo atrae la cosa leve o amenaza
cómo el oscuro objeto del apremio,
como leche condensada y harina,
si se escarba, se humedece.

La espuma en café, azúcar que bates,
las suavidad de las rosas,
lo rugoso de tus guindas,
la calidez de las fresias?

La inenarrable tibia humedad entre las flores primeras.
El aroma de los juegos.
La explosión de las lenguas.


Obvio que nada. Salvo un hedor que nos despierta.





  

(29) CORREGIMOS: SOBERBIA?

  
  




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El + original de todos los principios
aún si las garzas varan y las ciervas no cumplen
su promesa
el verdadero subterfugio cansado
/ sobado y famélico
la realista cruz entre los lobos
ese palpitar originario que disuelve las rodillas
enloquece las prendas       cuajadas en equívocos
marchita lapislázulis          llevados como atractivos
                                        de llapa
entorpece los pulmones     en el paqueret de la espera
concuerda las expectancias de principiantes en la ladera:
la originaria certidumbre de la ciencia y sus rumores,
el verbo mágico unigénito, todo trascendiendo,
fue producto de engreídos, no:

No de flores discordantes
ni pistolas o núbiles muñecas
ni atraques en la galería
no toqueteos en los malones de los viernes.

Ni otro a la vela tontillos
como olvidar las llaves
subvertir la pepsicola
prender un cigarro:

Sobre lo verde se afinca lo rojo:
Primos del mundo uníos, o calléis para siempre.









(30) ESCASECES


   




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De las trenzas, en la escala, los primos capitales
sean nueve:

Don Carlos     como anticipo de sapiencias
La Trampa      que a todos iguala
La Víbora       y envenena lo virtuoso o

La Mágica Montaña              como si fuera en el comienzo
                                             del embauque
El Campamento de Verano   que no estaba en la respuesta
Los Juegos Prohibidos          ni en la cruz de la inocencia

Las Prendas              tan amadas con
El Mes de María       claro que lo notas:

¿y ustedes?
¿Y Tú?
¿Qué dices Primavera?

En agosto son las flores.
El reinicio de ese calorcito por las venas.
En enero las fogatas.

Los ángeles están más abajo que las primas.







   

(31) (LOLAKOV





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Y un día leyó Lolita.









(32) PRECISIONES

   




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Nació a trasmano
fácil debajo del puente quebrado
del subterráneo, del corcovo
tras espeso misterio de abstinencias:
lirio cojo repasado tarde o tanto grito
para donde Dios creara la mujer,
como áspera rosa
sin la experiencia de esa ciencia y sus ardores,
esas faldas turbias, tétricos recortes
tinieblas,              a pleno sol en el camino del sinuoso
cuando adormideras nada presagiaban:

Epifanías             de esa espalda que llama atractivo
Escaleras             donde concentrar la llamarada.

Y habría la camiseta blanca del hermano imposible,
y la torpeza que hereda finalmente, y la extraña
campera reversible en el medio, casualmente oculta,
el lugar donde miran las estrellas, como en fogatas
como en pierde la gorra de nutria, para su oprobio
verdadero.

Pronto sí demasiado para el 586
con sus piernas abiertas y ridículas ventanas
justo a tiempo
gánate a investigar la prima dolorosa:
o al menos deleitar Balthus:

Quien primas no tiene
no conoce la ciencia de la vida.
No conoce pantis. Toallitas no conoce.
¿Sospecha la vida de la tierra?

¿Acaso muestra lo cotidiano la paradójica
atracción de pétalos y raíces?

Siempre pensar en eso,
en lo oculto, en lo cercano,
en eclipsar como luna que se escapa.
En lo arcano que no dice:


Quien no tiene primas nada conoce de la vida.