sábado, 30 de abril de 2011

(32) PRECISIONES

   




32



Nació a trasmano
fácil debajo del puente quebrado
del subterráneo, del corcovo
tras espeso misterio de abstinencias:
lirio cojo repasado tarde o tanto grito
para donde Dios creara la mujer,
como áspera rosa
sin la experiencia de esa ciencia y sus ardores,
esas faldas turbias, tétricos recortes
tinieblas,              a pleno sol en el camino del sinuoso
cuando adormideras nada presagiaban:

Epifanías             de esa espalda que llama atractivo
Escaleras             donde concentrar la llamarada.

Y habría la camiseta blanca del hermano imposible,
y la torpeza que hereda finalmente, y la extraña
campera reversible en el medio, casualmente oculta,
el lugar donde miran las estrellas, como en fogatas
como en pierde la gorra de nutria, para su oprobio
verdadero.

Pronto sí demasiado para el 586
con sus piernas abiertas y ridículas ventanas
justo a tiempo
gánate a investigar la prima dolorosa:
o al menos deleitar Balthus:

Quien primas no tiene
no conoce la ciencia de la vida.
No conoce pantis. Toallitas no conoce.
¿Sospecha la vida de la tierra?

¿Acaso muestra lo cotidiano la paradójica
atracción de pétalos y raíces?

Siempre pensar en eso,
en lo oculto, en lo cercano,
en eclipsar como luna que se escapa.
En lo arcano que no dice:


Quien no tiene primas nada conoce de la vida.





   

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