miércoles, 11 de mayo de 2011

(7) EGO TE ABSOLVO





7



La nostalgia del clavo de olor,
los gusanos acometiendo por menores,
el escapulario del Carmen desaparecido,
conducíanos a la trampa recurrente:


Acúsome padre,
ya sin escapatoria posible,
entregado a sus manos tan diestras,
por pensamiento
palabra
u obra,
de aliento a tabaco y rapé,
de ensañamiento, digamos lo menos excesivo:
conocí a mi hermana Tamar.


Y se armaba la consabida


que si así
que si asá
que hasta dónde


nos cargaban manoseos,
su cara tan cerca,
sus manos tan ásperas,
que cuántas veces,
las excursiones en el bosque,
el abandono en la laguna,
su vientre tan blanco,
sus manos en la masa:
la tamar, y sus velos de sueños y corridas.





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