jueves, 28 de abril de 2011

(37) VUELTA AL COMIENZO

  





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Mujer, no se atreven a escribir / los símbolos
vienen y van oscurecidos y su fulgor enceguece

o decir             como descifrando signos desatentos
o insinuar        desencubriendo mitos aletargados
                        en la caída de la tarde
aunque las graciosas rosas lo merezcan
aquello que debíamos
firmar
en los comienzos del tiempo de las claves
y amaneceres con sueño:

Las pichangas tan poco exaltadas lo reafirman
no bien disfrutaste la escurridiza palabra
el verbo subrepticio
ese renuevo de ataduras y carencias
(las subvertidoras delicadas primicias
a impedir el inicio de la noche
deciden la tormenta)

comenzaste dudosa por temor de madrugadas
o como lluvia repicando fuerte y ahogando los gritos
a más delirio y consecuencias
en la diversión de la costumbre y los cardos de la infancia
aquel cemento de amorosas carencias:
que te irás a tu cielo con sus primas
y él iría a tu infierno sin la Edita:

cubierto de calzones    en el entorno de su aura
o colalesses                 donde domesticar los hábitos
feraces                        labios mayores
y menores dudas         brotadas en la consiga:
Nada.
Porque hacia nada es la partida.

Y sin embargo
aún pasan las avutardas de la infancia

por el curso esclarecido de la tarde.




   

(38) UNA COSA X OTRA








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De tu infierno y sus delicias
ése como dejo victoriano
en aquel tiempo cuando aún la discordia en la tierra
en el filo de la navaja
o la extraña felicidad de escogidos a la tibieza del caldero
báratro de brasas lujuriantes y parrillas como selvas
con letras y oraciones sálvicas o ritos
en patenas y cálices, amuletos de la muerte que renace
aquellos más gozosos mientras menos los selectos:

bien indispuestas púberes / ansiedad de purgatorios
atendidos por domésticas destinadas al cielo
los fingidos filisteos se esparcen y,
aquí en lo terrestre de la vida, la única
que no vulnera chinitas ansiosas, la luz
menos nítida, más terrible más gloriosa
más dormilona en su placidez
los baby dolls o camisolas que la encubren
según el deseo de aquellos más diestros

salvo cuando la bestia enajena
y no puedas estar seguro de esas
luminosas droseras que hay, no chinas,
empeñosas cazando rezadoras tumefactas:
ecos de aturdidas fiestas o la infancia soñadora
en tu cielo, o en tu infierno a no dudar:
lecciones, aunque más sabroso, más tinieblas
al alcance, menos recovecos que pierdan hacia el paraíso
las huellas del camino de la vida:

Semejantes luces para encontrar el reino milenario
mosquitas vivas ganando la vuelta de la página
la subversión de los mitos, los símbolos inoportunos
y muertas como nuestra prima en uniforme
esa mañana del río entre las rocas:

Para que nadie pueda descifrar el llamado y así

los sueños perpetúen.




   

(39) FIGURAS


  
  





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Recuperando la silepsis en el límite de la fe
ya distingues horizontes al interior de una garrafa.

En medio el horizonte esperanzado
en medio de la luz, las enaguas, los diestros amorosos
al invicto Supremo =      . O cierto punto tan borroso
de vista, de rojo cristal: colorado, ciertamente

mira nada               la más tierna condena
ni lo huele              arranca el escapulario de lujuria

puesto que faldas estremecen o tiernuchos
corpiños olvidan aquello que no dudan
y la diaria vida complica la frecuencia
de las polillas: no siempre.

Como broche atorado en el escote
a raíz del maleficio
echóle la inocente Eliana al olvido, cuando
la fuga con su prima.

Fiesta política de claro resultado
tan como jugosa en el recuerdo
ciertamente esperanzada, la dudosa, la ayudante


lleno de presagios, colalesses, y metáforas.




   
  

(40) EL EMPEDRADO

  



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Al incierto no más le ocurre y dice.
Al que llega en silla de ruedas y espera
y lo atienda / le amonone la aventura
la Ailyn y sus rayitas.

Descarta para otros delirios soluciones filosóficas.
Olvida la historia de la ciencia en las hojas de la rosa
no hay misterio que lo explique.

Sugiere condenas cuasivivas.

Qué tal la verdad cuando no dicha?
a la venta de infancia terca y coronada:
Una madre que sabe cómo pagas el arriendo
sueños tan reales que se acallan
y no pregunta, y la inocente sapiencia que te hace
comedida:

Un privado y en espera que te elijan.
Un sueño que se carga de reales pesadillas

/ y palabras con potencia que se callan.