27
Como rayo,
cuando entendió la diferencia,
sereno en
quejumbre, pradera y sutil nada,
ya no importa.
¿Acaso la
moraleja? Acaso epílogo,
promiscuidad: la
madre celeste en toda ciencia?
Por eso querubines? y
una disyuntiva
Por eso estiércol y
una disyuntiva
Por eso grasa de caballos y meca de pequenes?
El contubernio explicativo, el ora pro nobis.
El jadeo indagante el
sudor relegado
el
doler explicativo
la
soberbia del orgullo?
El original
argumento de palabras que eternas
rosas tempranas o
sostenes truchos / desvalidas
atracciones
/ condones risueños?
(ahora y en la hora)
es / fue / será a
la hora del Introito
tanto da lo
mismo que otro tiempo contuviera arados
porque los
surcos pudren la semilla
y las florcillas
sexuadas en los prados plañideros
una discontinuidad
bienvenida
un támpax en mal
uso
el gorjeo y
acurrucos en substrato de parvas
estar con Edith
para siempre:
La duración de
la constancia, red
redonda de
quejumbre perfecta vid
piedra lumbre
conmovidos / los celajes de las vides:
Para el
explicante: su incierta realidad última
girar, girar en
torno, velocidades en el paraíso,
desiertas, más
quel rayo precavido
más que su regla
sería pelo de camello:
El dulce pasar
de la experiencia
como ergo
descartante la mano quedaría muda
y volvemos al
reparto
y volvemos al
induje incautos a pensar magnolias
a pensar sueños
de cunas y abalorios.
O la verdad no
tiene placer / como lluvia inopotuna
no pesa azufres
toda delicia
exuberancia en carroña perpleja
sería posible
aceptar sería
quel imposible
posea una carencia
una ortiga, esa
sombra en los paqueret del averno?
Ana María
también tú?
O tú y tú, al
esperado clóset del castigo y las tarántulas?
Del chíclet
compartido, o el jadeo tan oculto
la oscuridad
subvertida?
Oh Mónica, te
miro y no lo creo
buenos días mi
enemiga
buenos días guerrera
azucarada
buenos días este
horizonte contigo
buenos días
desconciertos
buena noches
Soledad Sola
Lourdes Uribe creo que le llaman
ha llegado el
tiempo original del rescate
la prenda
henchida de tubérculos
esa expectativa
que agita nuestro aliento corrupto
esa penitencia
como centro de atenciones.
Y tu Edita,
perdónalo, mas no tanto,
no sea quel
tiempo se repita
y otra vez las rosas
y otras vez
camelias
y otra vez
oscuras: infectas las delicias del averno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario