18
Desprendida es
la carencia de rubores:
Impertérrita, no
cambia su apariencia
como si la
inocencia misma le guiara, / y fuera cierto:
La impúber
heredera pudo ser la responsable?
¿Acaso alguien
la sumerge en la conciencia
del viento
primerizo?
Candor
imaginario – herméticas las mejillas? –
surgió con
hambre furtiva: sus harapos torpes y dorados.
Dotada bien, como
rosa erguida en el desierto.
Más: el
pendenciero relicario de menos
y otras volubles
y voluptuosas razones o curvas
subrepticias en
despliegue / como si
un escarabajo
rodando su excremento indicara
más: que una
velada razón de existencia:
Dotadas mal
venidas / la fijación sinuosa
urgencias
latentes y sus aromas: profetizaron
la
transformación de la caza en ganado y su molicie.
Si bien sucumbió
primeriza al sabor de la victoria,
envidias desatan
a los 12, estaciones
de aventuras, la
prima engreída, con el pandero
que comanda: Oh
hijas del desierto / dejad
que dispense sus
favores cuando ya dispuesta.
En la bucólica
nubilidad, sólo su hermano,
solo, la campana
encendida, la cualificante sapiencia
del miembro y
mayorazgo, estupefacto heredó
con mérito de
gracia: el derecho entre palmeras
y sus mieles.
El meneo
original. Las razones mareadas por el mito:
La danza de
esqueletos en la jofaina traidora /
su aroma
esparcido desde bajo de la colcha.
Arañas vertidas
en el brasero como espejo
símbolo de la
sal y las bragas derretidas:
La transgresión
delicada del más certero tabú
lo espeja
turbio: Lo apreciaron, en los juegos de escondite,
tú y tu prima, y
esas tardes de eucaliptos.
El humo empozado
a ras de la ara provista
/ recordando la
plegaria/ o la zarzamora en la roca estéril:
Esperanzas: olorosas
Resoluciones: de
maniobras
Tácticas agobiadas: entre
las hojas sin truenos:
no percibía ni una sola estación de felicidad
en ese verano con la prima:
Entonces dilo:
¿Cuál el plato
de veladas babosas atractivas mayor pueda:
( La + imaginable
y consecuencias?
– Sin tomar en
cuenta soliviantar el mercado
por supuesto – )
Por las laderas
mustias, o en el pique abandonado?
lo presienten a
la salida de misiones, los yeanes
y las percalas
en la competencia de azufres y delicias:
¿Acaso no tuvo
comercios la serpiente?
Su prima
avizorando la venida mientras perdíanse
a la quebrada en
la sombra:
¿en la arboleda
a la conquista del cerro diluido?
Instantes
detenidos antes de la hora del silencio.
En la del té
caritativo:
Supieron de la herencia
de traiciones y ternezas:
Esa originaria:
Con las nubes y
los ritmos maquillando como
invento al incierto
en la dulzura: la mejor
de todas las
alcohólicas bebidas y carencias:
así pregunten
nada: la respuesta: el sueño
ya soñado:
velada pesadilla como paraíso o zanahorias
o eternamente el
centro y la resaca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario