viernes, 29 de abril de 2011

(35) OBSESIONES

 









35



La Gume cuidó tanto, y no siendo rosa
más bien desaforada camelia en la espesura,
pero tanto su cuerpo como pétalo para día de futuro
o templo (codiciado) del espíritu, y su risa:

cuadra          llena de murmullos al intercambio en el
parque         de espinas por delirios
o reserva      en días de escándalo y nostalgias
que en noches de escaseces compartidas
perdió el habla
la poquedad que diferencia:


Aun contiene los chillidos al nivel de sus rodillas.




La Gume, sola hija única y sola
de tristes solos hijos únicos y solos:
Como tabla a la deriva, durante ésa
la infancia rectora
cuando los almendros amargan la saliva de las primas
he ahí su drama:

Ni un primito que entrenase su cintura.





 
  

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