lunes, 9 de mayo de 2011

(11) EL DEMONIO

   



11

Su primer Play Boy?
Ése que la bestia espumajante ameniza en los recreos
cuando la sotana no cuida mover las tendencias
al sendero de la dicha:
Se hace el desentendido.
Quien no quiere la belleza jamás será pillado
en la ganancia de su tiempo:
Como cuando la Edith pasea
sus caderas por la plaza, en pescadores y trémula.

Y en ayuno.
Yo?
cuarenta, con ojos de pescado, siguiendo
el vaivén
de las que llegan a la plaza,
La Plaza Lillo, al enredo de parejas
antes que el general la destripara
a reconocer blue yeanes, de cualquier color,
pero azules en lo diestro:
Siempre azules anteriores al consumismo de pantorrillas
al intercambio de manos digitantes / reiterados
dientes de coneja
labios de huída negra
ojos tan ciertos, tan grandes
sus rocks de campeonato:

Pero intervino el hermano mayor
y la Edith se fue alejando
y la Ana María creció
y la Mónica quién sepa.

Le dejaron con una pasada terrible
guardada de inocencia, el orgullo por los suelos
la plaza bruscamente sin su honra.

Desquitaría un menguado pingüino grisáceo
a riesgo de marcas en la casita / y la dulzura
en ojos bizcos, atorados en el recuerdo:
Turbios en la maleza del encuentro.

Crucifijo de estaños y celestes:

su crecimiento extinguido para entonces.






 

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